Visualizar un proyecto arquitectónico no es una operación automática. Requiere información estructurada, herramientas adecuadas y un proceso claro que permita transformar planos, referencias o ideas en representaciones visuales consistentes. En VISUREND hemos definido un sistema de trabajo que mantiene el equilibrio entre precisión técnica, agilidad operativa y coherencia estética. Este proceso no es rígido, pero sí metódico. Está pensado para facilitar la colaboración, anticipar necesidades y evitar fricciones.
Aunque todos los proyectos siguen una misma estructura general, inicio, producción, revisión, entrega, el nivel de visualización elegido determina el grado de personalización, la participación del cliente y la profundidad narrativa del resultado. En niveles como Standard, el flujo se optimiza para rapidez y eficiencia, con decisiones visuales tomadas internamente por nuestro equipo. En Premium, el proceso incorpora etapas adicionales para seleccionar materiales, mobiliario o atmósferas. Y en Ultimate, el cliente participa activamente en sesiones creativas, validaciones intermedias y ajustes específicos antes de cada entrega. Cada proyecto se inicia con la confirmación del plan y nivel acordado. A partir de ahí, se activa un canal de comunicación privado, se recoge la información inicial a través de un formulario estructurado, y se define la primera fecha clave del calendario.
Independientemente del plan o nivel contratado, todo proyecto sigue una secuencia estructurada que permite controlar tiempos, responsabilidades y entregables.
La primera fase es la toma de información: planos, referencias, objetivos del render, indicaciones técnicas. Esta etapa es crítica. Una buena base documental mejora la interpretación, reduce errores y acorta el ciclo total del encargo.
La segunda fase es la producción. Aquí se modela, se ajustan materiales, se configura la escena y se genera un primer avance visual. El grado de detalle y realismo dependerá del nivel contratado, pero el proceso interno es riguroso en todos los casos.
La tercera fase es la revisión. Las rondas de corrección están delimitadas desde el inicio, tanto en número como en foco. Cada cliente recibe un formulario guiado para sus comentarios, lo que permite interpretarlos correctamente y ejecutarlos sin ambigüedad.
Finalmente, se entregan los archivos finales, optimizados para su uso inmediato, con los formatos acordados. Y se inicia un periodo breve de soporte post-entrega, destinado a facilitar la descarga, resolver dudas o dar asistencia técnica si corresponde.
La comunicación con cada cliente se realiza desde un canal privado dedicado al proyecto. Desde ahí se envían los formularios de inicio, se comparten avances, se reciben comentarios y se entregan los archivos finales. Este canal evita correos dispersos, asegura trazabilidad y mantiene la información organizada. Además, permite que distintos miembros del equipo del cliente puedan seguir el avance del proyecto sin intermediaciones. El soporte post-entrega se mantiene activo durante un periodo definido, según el nivel y tipo de encargo. En ese tiempo pueden resolverse dudas, verificar visualizaciones o acompañar la implementación del material entregado.
En VISUREND hemos desarrollado este proceso para que trabajar con nosotros no signifique añadir carga, sino quitarla. Nuestro sistema está diseñado para que el cliente pueda delegar con confianza, participar solo cuando sea necesario y saber en todo momento en qué etapa se encuentra su encargo. Lo aplicamos con flexibilidad, pero sin improvisación. Cada paso tiene un propósito. Cada validación está pensada para reducir el margen de error. Y cada entrega busca estar lista para su uso, sin ajustes posteriores. El proceso no es un obstáculo. Es parte del valor.
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